Una postal de ensueño convertida en un terrorífico paraje. La melodía más maravillosa destilando notas de pavor. Un torso sexy hecho una pesadilla desmoralizadora. Estas son algunas de las combinaciones más sorprendentes que entran dentro de las que son consideradas como fobias más extrañas del ser humano. La revista LIFE ha elaborado un ranking de ellas.
Definidas por Wikipedia como "trastorno de salud emocional que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas", las fobias se han disparado durante el siglo XX y el inicio del XXI.
Los elevados ritmos de vida unidos a la proliferación de enfermedades psicóticas y nuevas realidades circundantes han generado esta proliferación. Sin embargo, algunas de las fobias que aquí se presentan son tan viejas casi como el propio ser hombre. Ante semejante ranking del miedo humano, cualquier cosa es susceptible de ser temida y temible.
Limnofobia / Miedo a los lagos
Definido como el persistente, anormal e injustificado miedo a los lagos, éste es uno de los escasos temores a la naturaleza de esta clasificación. Además, su presencia se ajusta a un elemento poco común en determinados paisajes. Con la limnofobia una bella postal puede ser un aterrador escenario.
Catoptrofobia / Miedo a los espejos
Desde luego que la reina de Blancanieves no sufría este pavor. No al menos hasta el final del cuento. La catoptrofobia se define como el terror a los espejos, si bien los expertos creen que es mejor definirlo como el temor a la imagen que se refleja en los espejos, especialmente en los de mayor tamaño. La reacción de los que la sufren pueden ir desde el nerviosismo hasta el pánico.
Peladofobia / Miedo a los calvos
Salvo que a usted no le gustase Kojak o Mortadelo y Filemón, esta es una de las más extrañas fobias. Definida como el temor a quedarse calvo o a las personas que no tienen pelo, como muchas otras fobias, este trastorno aparece cuando el inconsciente vincula el quedarse calvo con algún evento traumático, posiblemente ocurrido en la infancia.
Tacofobia / Miedo a la velocidad
Si es de los que lo pasa fatal viendo a Fernando Alonso y sus acólitos derrapando a 300 km/hora, piénselo, quizá tiene tacofobia. Este miedo a la velocidad hace que sus sufridores puedan temer elementos tan cotidianos como los columpios o las montañas rusas. En los casos más extremos, pueden negarse a subir a un coche.
Teatrofobia / Miedo a los teatros
Ser o no ser. Entrar o no entrar... en el teatro. Esa es la cuestión. El miedo a los teatros, según algunos expertos, puede ser una variante avanzada del temor a los espacios pequeños similar a la claustrofobia o similares. Si alguna vez padeció miedo escénico (aquel de colocarse frente a un público) quizá pueda encontrar algún alma gemela al otro lado de los focos.
Cionofobia / Miedo a la nieve
A grandes males, exóticos remedios. Eso es lo que deben pensar los enfermos de cionofobia, el miedo a la nieve. Peculiar temor entre este tipo de fobias, los expertos no terminan de concretar si esta enfermedad se debe a algún tipo de factor climático. No existen, por el momento, pruebas contundentes que afirmen que los territorios fríos son más propensos a esta variante.
Corofobia / Miedo a bailar
Tranquilo. Si usted es de los que prefiere quedarse mirando durante el vals de las bodas por miedo al ridículo, no es que sufra corofobia. Es simple temor al ridículo. La corofobia es, por contra, un pavor mucho más acentuado que también se refleja en los otros. Ver danzando a terceras personas conduce a sus sufridores a un pánico visceral.
Nefofobia / Miedo a las nubes
¿Qué generación de admiradores de Son Goku no ha padecido el pavor de caerse de la famosa nube Kinton? Los enfermos de nefofobia, seguro. Un problema éste que puede convertirse en pesadilla, a saber: los que la padecen pueden llegar a desarrollar su pánico hasta una obligada necesidad de permancer en casa por lo que pueda aparecer en el cielo.
Genofobia / Miedo al sexo
Algo más que un dolor de cabeza o un "cariño, hoy no". La Genofobia (también llamada coitofobia) es el temor a tener relaciones sexuales. En algunos casos tiene que ver con el miedo a que la líbido haga que perdamos el control. Puede estar vinculado con el asco que genera el sexo o con las violaciones.
Aulofobia / Miedo a las flautas
Lo que más de uno ha sufrido de pequeño al tener que entrar en el aula de música (ese espacio donde muchos pequeños llaman a un desafino esquizofrénico 'melodía') podría estar cercano a este temor. En aquellos casos más extremos, el miedo puede emerger no sólo del instrumento en sí, sino de su propia melodía.
Galofobia / Miedo a la cultura francesa
Leen bien. La galofobia no se define como el miedo a todo aquello relacionado con Francia, sino lo que tenga que ver con su cultura. En resumen: croisantt, bueno; Asterix, malo. Afortunadamente para los que los sufren, con no cruzar la frontera, desaparecen estos males.
Caliginefobia / Miedo a las mujeres bellas
Esta extraña fobia afecta por igual a hombres y mujeres y es el causante de muchas situaciones desagradables en el trabajo, la familia o los amigos. Como cualquier pavor, genera falta de respiración, sudores y pánico que se puede dar incluso ante una fotografía o una película. También suele estar vinculada con experiencias del pasado.
Dendrofobia / Miedo a los árboles
Éste es uno de los más completos. Si a usted le gusta obsesionarse por algo, elija la dendrofobia, no sólo sentirá pavor por los árboles, sino por todo lo que se relaciona con ellos (ramas, raíces, hojas...). Este miedo es, además, sigiloso. La mayoría de las personas que lo padecen no lo saben hasta que surge en algún momento.
Omfalofobia / Miedo a los ombligos
Si lo combina usted con la calinigenofobia (miedo a las mujeres guapas), un paseo por cualquier playa caribeña se puede convertir en un suplicio. El miedo por los ombligos hace que ducharse sea para algunas personas un ejercicio imposible de ejecutar sin algún tipo de ropa o similar que tape esta parte del cuerpo tan personal.
Metrofobia / Miedo a la poesía
Con cien versos por banda / viento en poema a toda vela / no rima mal, sino frena / un temor no infantil. Esta patética imitación de la famosa Canción del pirata de Espronceda no sólo levanta pavor intelectual a los que lo leen, sino a aquellos que sufren de esta fobia que más de uno ha sentido también en la escuela frente al temido profesor de Literatura.
Fuente: http://ecodiario.eleconomista.es
Hace 3 años
2 comentarios:
Vaya, nunca habia pensado que habia tantas fobias raras... la que más me ha sorprendido es el miedo a los ombligos!¿? pero bueno... eso son, fobias raras.
¿Y cómo va alguien que tiene una fobia al psicólogo?
-Disculpe, es que tengo miedo a los ombligos.
...qué fuerte
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